Ministerio Internacional de Alan Ames

December 25, 2017

 

El Verdadera Significafo de la Navidad

La gloria de Dios se encarno y los Ángeles cantaron Gloria a Dios en lo más alto como el más alto se humillo y amo para convertirse en uno con el hombre. En esa unidad, la Gloria de Dios fue abierta a todos para que todos los que vinieran a él, en el amor pudieran ser glorificados en y a través de él. El primer llanto del niño Jesús fue un llanto que llamó a todos a través del tiempo, invitando a todos a encontrar su camino en la Gloria divina del cielo a través de aquel en el que todo es glorificado.

La primera respiración tomada por el niño Jesús fue un soplo de amor que llenó el aire con su amor divino y difundió ese amor en todo el mundo en el viento del Espíritu amoroso y divino, el Espíritu que el Señor, Jesús, traería a muchos como un regalo de amor.

El gozo de Dios fue hecho conocido en el niño Jesús que es gozo divino para que todos pudieran experimentar ese gozo al mirar al hijo de Dios y abrir sus corazones a él, permitiendo que el Espíritu de la verdadera alegría tocara sus mismas almas, almas que esperan y anhelan sentir esa alegría. La alegría del cual el cielo está lleno y de que la tierra puede llenarse también. La alegría que todos estaban destinados a conocer en sus vidas, pero tan pocos lo hacen. La alegría que trae la satisfacción a la vida, ya que trae la vida en el abrazo gozoso de Jesús.

La paz de Dios fue revelada en el nacimiento del príncipe de la paz que vino a traer paz a nuestras vidas y almas y que lo aceptáramos como un Señor amoroso. Una paz que nunca sale, una paz que no tiene problemas, ni cruces, ni cargas, puede ser quitada a aquellos que verdaderamente abrazan al Señor. La paz de Dios se ofreció a la humanidad para que, como en el cielo, la paz reine en la tierra.

La esperanza de Dios para la humanidad yacía en el pesebre. La esperanza de que la humanidad llegara a sus cabales y verdaderamente buscara vivir en el camino de la esperanza. Personas que esperan cada día acercarse a Dios. Esperando cada día que la voluntad de Dios sea hecha en sus vidas y en la vida de otros. Esperando cada día para mostrar a los demás el camino a la vida verdadera en el Señor, Jesús. Esperando que todos los días vivieran las santas vidas que fueron creadas para vivir. Esperando cada día servir a Dios y servir a los demás en el amor. Esperando cada día para confrontar el mal en el mundo y vencerlo en el amor de Dios y de los demás. Esperando cada día que el mundo sea un lugar mejor donde todos sean tratados con amor y respeto. Esperando un día para ser santos en el cielo.

El amor de Dios se encarnó y vino a la tierra, Dios que es amor, con los brazos abiertos que ofrece todo un abrazo de amor que puede durar para la eternidad. Amor que es tan poderoso, tan abrumador y sin embargo tan tierno y gentil. El amor que llena todo el ser con el conocimiento de que Dios te ama y él se preocupa por ti. El amor que levanta el alma en la gracia de éxtasis y la bienaventuranza eterna. Amor que no se le niega a ninguno, sin embargo, hay quienes lo niegan a sí mismos. Amor que lleva nuestro amor humano a la plenitud para que pueda ser una imagen y reflejo del amor divino de Dios. Amor en y a través del cual fuimos creados y existimos. Amor que puede ser experimentado en la tierra y conocido al máximo en el cielo donde reside el amor eterno.

El regalo de la Navidad es el don de Dios como hombre dado a la humanidad en amor con la esperanza de que todos encuentren la paz y la alegría en la vida a través de él y que todos vengan un día a residir en el glorioso amor de Dios en el cielo.

Que todos ustedes tengan una Navidad verdaderamente bendecida y Santa.

Alan Ames